Lo primero que tenemos que tener en cuenta es qué para cuidarnos necesitamos calentar los músculos de nuestras cuerdas vocales. Es ideal comenzar en un ambiente libre de estrés donde podamos comenzar a mover el cuerpo y relajar los músculos para poder ejercitar de manera adecuada.
Para calentar necesitamos mover toda la parte gesticular de nuestra cara y de a poco comenzamos a generar sonidos que impacten en la salida de nuestra voz.
Comenzamos con soplidos acompañados de respiración profunda, luego le sumamos vibración en los labios para que tenga mayor fuerza y de manera paulatina aumentamos la intensidad.
Continuamos con ejercicios de calentamiento de lleno sumando consonantes que acompañen a todas las vocales. Los que mejores resultados tienen son con la “R” y “L” donde se trabaja mucho las vibraciones (con R) y la modulación (con L) que son fundamentales para calentar y empezar a proyectar la voz.
Empezamos desplazando la “R” realizando vibraciones en la garganta de agudo a grave y viceversa (ra, re, ri, ro, ru)
Y luego desplazamos la “L” de agudo a grave y viceversa exagerando la modulación en los labios (la, le, li, lo.lu)
Es importante acompañar los ejercicios con el manejo de tonos y proyectando la voz sin dañar la garganta. De esta manera, se va a lograr sacar la voz y que el timbre sea más claro y limpio para el que lo escucha.
Una vez que dominamos estas consonantes junto con las vocales podemos intentar jugar con los cambios de tonos y proyecciones a través de frases cortas para trabajar todos los aspectos juntos, siempre y cuando sea de manera progresiva y no experimentemos molestias en la garganta.
Junto a estos ejercicios les dejamos unas recomendaciones importantes para complementar el cuidado de la voz.
Recomendaciones a futuro:
- Realizar entre 3 a 5 veces por semana los ejercicios (3 verano - 5 invierno).
- Horario recomendable por la mañana o antes de ingresar al trabajo.
- Beber agua antes y después de cada ejercicio (temperatura media).
- Evitar exceso café y/ o cigarrillos para que no dañe más rápido las cuerdas.
- Evitar sonidos fuertes de parlantes o uso de auriculares chicos.
- No gritar hasta quedarse sin voz.
Tercero NOSOTROS: cuando logramos conectar con nosotros mismos y con los otros, el nosotros inclusivo (que nos incluye a todos como actores y protagonistas), abarca narrativas más plurales. Y esto se traduce en relaciones más sinceras, abiertas y flexibles, en equipos de trabajo más efectivos, en un buen clima laboral y muchos beneficios que le devuelven a la comunicación una función esencial de la cual nos habla su misma etimología: poner en común, compartir para así, generar comunidad.
Una aclaración importante: estos tips no se suceden de forma aislada o escalonada, sino que se interrelacionan y se entrenan de forma conjunta, paralela y permanente. Así, nos pensamos y construimos como sujetos junto a otros, disfrutando del maravilloso acto de comunicarnos, perteneciendo a una tribu.
Por Favio Re